LA INTUICIÓN QUE TODOS TENEMOS HACIA EL FOOD PAIRING
Desde pequeña me gusta cocinar . Aprendí con mi mamá. Ella trabajaba en casa en un taller de costura que montó en una habitación. Mientras ella hacía sus prendas, me decía a mí cómo ir elaborando los platillos. Era buena para dar instrucciones y yo buena siguiéndolas , porque sin que ella viera mi proceso, me iba guiando con lo que yo le decía. El resultado, generalmente, era bueno. Yo no me atrevía a cambiar un solo paso o ingrediente cuando tenía una guía. Creía que todo estaba ahí por una razón y cualquier omisión o cambio, haría que ya no saliera bien. Pensaba en la cocina como una disciplina exacta, incluso años después, cuando empecé a estudiar la carrera. Trabajé en muchos lugares, pero hubo uno en especial que me obligó a adaptar y resolver carencias de ingredientes , porque francamente no era una empresa costeable en el momento en el que me incorporé. Siempre sufrían por dinero, nunca alcanzaba para nada y había que hacer malabares con los ingresos. Por suerte, h