LA INTUICIÓN QUE TODOS TENEMOS HACIA EL FOOD PAIRING
Desde pequeña me gusta
cocinar. Aprendí con mi mamá. Ella trabajaba en casa en un taller de
costura que montó en una habitación.
Mientras ella hacía sus
prendas, me decía a mí cómo ir elaborando los platillos. Era buena para dar
instrucciones y yo buena siguiéndolas, porque sin que ella viera mi
proceso, me iba guiando con lo que yo le decía. El resultado, generalmente, era
bueno.
Yo no me atrevía a cambiar un
solo paso o ingrediente cuando tenía una guía. Creía que todo
estaba ahí por una razón y cualquier omisión o cambio, haría que ya no
saliera bien. Pensaba en la cocina como una disciplina exacta, incluso años
después, cuando empecé a estudiar la carrera.
Trabajé en muchos lugares,
pero hubo uno en especial que me obligó a adaptar y resolver carencias de
ingredientes, porque francamente no era una empresa costeable en el momento
en el que me incorporé. Siempre sufrían por dinero, nunca alcanzaba para nada y
había que hacer malabares con los ingresos.
Por suerte, había muchos colegas y amigos que llevaban sus productos y
pedían que se hiciera algo con ellos. Así que insumos siempre había, y
muchos. Pero no teníamos más elección que trabajar con que aquello que fuera
barato o que ya tuviéramos.
Me vi en la necesidad de
comenzar a elaborar recetas con lo que sea que hubiera a la mano. Al
principio me basaba en una receta y sólo iba cambiando los ingredientes que
“medio se parecían” y que yo consideraba que no afectarían tanto en una sustitución.
Que fueran de la “misma categoría”, ya era ganancia, por decirlo así. Me
refiero a sustituir cosas como avellanas, por cacahuates, o mangos por
duraznos.
Pronto me di cuenta de que no
era suficiente una coincidencia tan básica porque, en cuestión de estructura o
consistencia, podría resultar adecuada la sustitución; pero los sabores, a
veces, chocaban.
¿Cómo chocaban o por qué? No
sé, incluso hoy lo entiendo poco. Pero creo que todos hemos probado alguna cosa
en la que algún ingrediente no funciona, y no lo entendemos, pero lo sabemos.
Cuando trataba de generar
recetas nuevas, olía los ingredientes. Y pude tener buenos
resultados incluso con insumos que no había probado anteriormente o ni siquiera
conocía en ese momento. Remy de Ratatouille lo explica muy bien en la escena
en la que prueba por separado ciertos ingredientes, y al juntarlo ocurre algo
distinto que va más allá de la suma de sus partes.
Al parecer ni Remy ni yo
estábamos tan errados al oler los ingredientes para entender cómo
combinarlos.
Bueno, oler los alimentos
es una parte importante de todo lo que se requiere para formular recetas,
porque luego sigue tener otros cuidados como: si el ingrediente se tempera, se
puede cortar, tiene enemigos en la textura, fermenta, si su Aw es inadecuada, o
mil cosas más. Pero, de inicio, creo que Remy y yo tenemos merito por descubrir
lo del olfato solitos. Aunque los dos descubrimos esto sólo para nosotros
mismos. Por su puesto, el mundo ya lo sabía.
Hay toda una disciplina detrás
que estudia este fenómeno con herramientas científicas y metódicas a nivel
químico, molecular, biológico y hasta neural: Food Pairing.
Por qué algunos sabores van
muy bien juntos y otros no, tiene mucho que ver con las partículas aromáticas
que despiden. Al parecer, los aromas están formador por
compuestos que pueden coincidir unos con otros, lo que los hará más compatibles
y agradables a nuestra percepción humana.
Tenemos algunas combinaciones
tradicionalmente indiscutibles que funcionan y son cercanas, como chocolate
y avellanas. Pero hay otras que podrían parecer no combinar por estar en
categorías muy distintas que, sin embargo, funcionan.
Todos tenemos algún placer
culinario que a otros les puede parecer asqueroso, pero
que cuando logras que alguien más lo pruebe, puedes ver en su rostro la
sorpresa de que es una buena combinación, aunque nadie habría apostado por
ella.
En la próxima entrega hablaremos
de la herramienta Food Pairing a un nivel más técnico. Mientras cuéntanos
cuál es esa combinación que te encanta, pero los demás te miran raro cuando
se los cuentas.
La próxima vez, te enseño
cómo averiguar qué dice el Food Pairing de tu gusto culposo.
No había escuchado el término "food pairing" me parece fascinante. Qué ganas de aprender más sobre esto con tus posts.
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